El equipo de operarios (18 en total) junto a la coordinadora Claudia Arroyo y las colaboradoras Claudia Perez y Laura Alfonso posaron para nuestra cámara con mucha alegría.En una tarde invernal, propia de la época, haciendo nuestra habitual recorrida periodística nos «metimos» en el Taller Protegido Esperanza donde funciona un micro emprendimiento muy especial, en el que el esfuerzo, la armonía y la buena onda son los ingredientes principales para una «buena pasta», claro, la que producen los chicos que integran la pequeña pero ambiciosa fábrica de fideos y raviolones.
Los 18 operarios -de distintas edades- cumplen a la perfección con su tarea todos los días de 14:00 a 18:00 hs., ellos son los responsables de elaborar raviolones rellenos de pollo, queso y ricota, además de fideos frescos y secos de tres variedades: al huevo, espinaca y tomate.
Compartir con ellos unos momentos viendo como con mucho entusiasmo cumplen su labor, es algo maravilloso ya que contagian su alegría, buena onda y ternura. La Coordinadora del Taller es Claudia Arroyo, una Profe que conoce del tema, por eso ha logrado que este plantel de grandes operarios cumplan con su objetivo: trabajar de manera fehaciente y ganarse su propio dinero.
‘‘Cuando nos juntamos un grupo de personas para inaugurar el taller pensamos en darle un espacio a los chicos para que pudieran hacer algo, pero fundamentalmente para que sean felices porque la mayoría de los chicos estaban en sus casas y no tenían nada para hacer’’, comienza diciendo la Seño Clau, a la que los chicos respetan y adoran por partes iguales, claro, a veces también se tiene que poner seria ya que no siempre vale estar sonriente.
‘‘Modestamente quisimos abrir el taller, comenzar con la producción de fideos y los chicos respondieron a las expectativas. Había algunos que ya sabían amasar, otros aprendieron, por lo que decidimos darle a cada uno su lugar y su espacio. El que no puede amasar puede embolsar, el que conoce los números puede pesar los fideos, también puede sellar las bolsitas, todos tiene su trabajo y están muy contentos’’.
DIGNOS TRABAJADORES
Nuestra cámara captó esta imagen mientras los jovenes operarios estaban con «las manos en la masa» elaborando pastas. El Taller Protegido -donde funciona la Fábrica de Pastas- cumple la función de una verdadera Pyme donde el trabajo es realizado por personas con capacidades diferentes. Con el dinero que recaudan por la venta de los productos cubren sus propios sueldos, solventan los insumos, se pagan las boletas de luz, teléfono y demás gastos, y con el excedente compran materiales y artefactos (tales como un equipo de aire acondicionado, y un freezer de dos puertas). De esta manera pueden trabajar más cómodos en verano o invierno y les permite seguir pensando en el crecimiento para que este emprendimiento sea cada vez mayor.
Pero el proyecto en general tiene sus objetivos, y uno ya fue concretado: el pago de sueldos -a través de subsidios- que el gobierno de la nación por intermedio del Area Social envía mensualmente. ‘‘Hace un mes hemos logrado conseguir para los primeros 11 chicos que empezaron en el Taller, un subsidio mensual de $ 300. A los otros se los estamos tramitando. Todos estamos muy contentos de que ellos tengan su dinero, que se sientan útiles a la sociedad, es algo muy lindo’’, agregó la seño Clau.
UNA AMPLIACIÓN MUY NECESARIA...
El espacio donde funciona el taller ya resulta insuficiente, por eso el próximo objetivo es ampliarlo, ‘‘Con lo recaudado en el Bono Contribución y la Peña Folclórica hemos reunido mas de $ 20.000 y con eso vamos a comenzar la obra’’, no dudó en sostener la Profe. ‘‘Así como nos planteamos el desafio de abrir el taller y hacerlo funcionar de lunes a viernes , ahora tenemos un objetivo mayor: una vez que podamos ampliarlo vamos a seguir ofreciendo mas productos de calidad a la comunidad, por ejemplo fideos para personas celíacas y fideos con tinte de calamar (los de color negro) y masa para lasagna’’.
Con respecto a la ampliación del edificio donde funciona el Taller Protegido, la Coordinadora explicó que ya se cuenta con el plano realizado (sin costo) por la Arq. Ana Paula Martina, ‘En el frente se va a realizar un salón de ventas (con una amplia vidriera), después la sala de elaboración de pastas, un S.U.M. (Salón de Usos Múltiples) donde los niños puedan tomar la merienda y también un baño mas grande para poder circular en silla de ruedas y una sala de depósito. El espacio que tenemos ahora dividirlo en dos partes: una para la fabricación de bolsitas y la otra -donde están las máquinas- para la producción de productos rellenos’’.
Actualmente la producción es muy buena, por semana se elaboran alrededor de 100 paquetes de fideos y más de 50 cajas de raviolones, pero la demanda es cada vez mayor. La Seño Claudia no es solamente «Miss Simpatía», ella no para en programar futuras propuestas que sin lugar a dudas, con el equipo que tiene, las podrá lograr. ‘‘De acuerdo al Código Alimentario Nacional queremos respetar todas las reglas para hacer productos de buena calidad, porque nuestra idea es salir a vender a otros pueblos y ciudades’’.
Por último, Claudia Arroyo se aparta por un instante de su función de Jefa de 18 operarios y -antes de acomodar el plantel para la foto, como toda mujer coqueta- se saca las manchas de harina que tiene en su rostro ya aceptadas como un «Make Up Bohemio», felicita a sus chicos, a los que ella considera los verdaderos protagonistas del taller, y agradece el apoyo de los padres y de la comunidad para que esta iniciativa desde hace un par de años se haya transformado en una hermosa realidad, tan exquisita como las pastas que ellos elaboran... un gran ejemplo a seguir.
